domingo, 5 de octubre de 2008

Algunas ideas de Silvia Duschatzky

extraídas de "¿De qué está hecha la escuela?"

Pasaje de la escuela como institución a la escuela nodo. La escuela como institución ya perdió el sentido firme como educadora y moralizadora. En cambio podemos hablar de escuela-nodo, donde se conectan las múltiples presencias, afectándose unas a otras, pero sin sentido compartido. Para este tipo de escuela los alumnos sólo tienen existencia estando en ella, más allá de las formas y cualidades reales que tengan sus vidas. Un ejemplo que da el texto es el chico que va a la escuela porque el juez se lo exige. Oído en el colectivo Pinamar-Madariaga: "Estuve en un reformatorio pero mi vieja no se que tramoya hizo y ahora lo único que tengo que hacer es venir a la escuela, me quiero poner las pilas, porque en las escuelas de Gesell ya no me pueden ni ver". Esto ejemplifica que ya no se trata más de la función de escuela socialmente legimitada.

Configuraciones múltiples de lo social. Presencias dispersas, heterogeneas, que surgen de modos imprevistos e insólitos, que amenazan la naturaleza de la idea de escuela requiriendo nuevos modos de actuar. Lo no previsto: delincuencia, adicciones, marginalidad, etcétera. Abren nuevas preguntas y la necesidad de operar frente a la realidad.

Lenguaje sin guión. Falta de eficacia del discurso, imposibilidad de tocar los puntos sensibles del otro. Falla en los enunciados. Ahora para comunicarse basta con decir sin importar el significado. Ahora "se dice" con la actividad, en situación.

Corporeidad desmesurada. Se da en una escuela sostenida por cuerpos, en vez de una escuela que se sostiene por cuerpos. No hay referencias, no hay garantías, no hay mediadores, Todas las relaciones se dan con crudeza, en el uno a uno. El cuerpo se arrastra por azar, reacciona desde sus disponibilidades. La proximidad en las relaciones es desmesurada: así un roce puede resultar amenazante, o por el contrario, convocar al encuentro.

Afección a las presencias. Las presencias (por ejemplo un docente para el chico), desligadas de su función, son las que producen efectos. Las presencias son las únicas capaces de armar o desarmar, las que aportan un sentido a la experiencia escolar (teniendo en claro que este sentido ya no tiene que ver con el valor en si mismo de estudiar ni mucho menos).

Escuela inundada o hecha de flujos. El desborde frente a una idea supuesta de lo que debería ser la escuela. Así esta pierde su posibilidad de existencia. Considerando, en cambio, este piso flojo como una nueva materialidad, conducimos la idea de escuela hacia otro lado: no está alterada, las "inconsistencias" son su nueva forma. Esto abre la posibilidad de ensayar múltiples modos de hacer. Pensar a la escuela hecha de flujos frente a la escuela inundada es pensar en la invención, la esperanza frente al límite, a la traba de la nostalgia.



Dolores Mendez, Natalia Arana, Florencia Ruiz, Candela Benetti y Giselle Gonzalez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola quiero ser su amigo :)

y alumnito :$